Reseña: Ladrón de Sábado.

Ladrón de Sábado

Gabriel García Márquez (1978)

Nos cuenta la historia de un ladrón llamado Hugo que solo robaba los fines de semana, ya que durante la semana es un velador de banco. Un sábado por la noche, durante uno de sus delitos, entra a la casa de Ana. Este le amenaza a punta de pistola y ella le da todas sus joyas, y le pide que por favor no ole haga nada a su hija, Pauli.

El ladrón se siente a gusto en la casa de Ana, y aprovecha que su marido se encuentra en un viaje de negocios, y se queda allí. Decide tomar el papel de hombre de hombre de la casa, y le pide a Ana que le prepare algo, que le sirva una copa de vino, y que ponga algo de música, y ya que ella temía que le hicieran daño a ella o a su hija, decide obedecer.

Ana formula un plan para sacar al ladrón de su casa, así que toma una pastilla para dormirlo, y la pone en su copa. Se sientan ambos a charlar, hasta que Ana se da cuenta que ha cometido un error y se ha bebido la copa con la pastilla y termina durmiéndose.

En lo que Ana duerme, Hugo sale a jugar con Pauli, y en eso Ana despierta. Al encontrarse con esta escena, Ana siente una felicidad indescriptible y extrañamente, que su hija y el ladrón se llevaran bien le resultaba atrayente.

Mientras Hugo reparar algunos detalles de la casa, Ana se da cuenta de que en realidad el bailaba muy bien. Le invita a bailar una pieza, y se sintieron tan bien que pasaron la tarde entera juntos sin siquiera darse cuenta. Terminaron los tres dormidos en un sillón, cansados.

Ya llegado el domingo, Hugo decide que es hora de irse, así que le devuelve todas sus joyas, y se pone a recogerse. Ana se opone, pero el le dice que ya es hora de que se vaya antes de que su marido lo encuentre. Antes de irse, Ana le dice que su marido volverá a irse el próximo fin de semana, así que el ladrón se va feliz.

En mi opinión, me parece muy divertido este cuento, ya que me parece gracioso que la mujer este dispuesta a engañar a su marido por un hombre que no solamente acaba de conocer, sino que no hacia unas horas había intentado robarle.